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viernes, 29 de marzo de 2013

Encuentros



Ella iba por la calle, corriendo.Solo pensaba en él, en su encuentro furtivo una vez mas, en el hotel de siempre, en la habitación de siempre, con la misma culpabilidad de siempre, pero eso ahora no le importaba.

Llegó al hall del hotel, y allí estaba , la recepcionista de todas las semanas, ya le ve en su sonrisa algo.. como amigable, pero nunca han cruzado mas de dos palabras.

El ascensor, hoy estropeado, pues tendrá que subir los ocho pisos andando, pero como era de esperar tampoco le importaba.

La habitación ochocientos cuarenta y tres, allí esta, a mano derecha según sale del ascensor, allí está él, detrás de aquella puerta. La abre, y no... no está, se pone a buscarlo, en el baño, en la habitación en el pequeño hall que tiene.. y nada! mira el reloj, las doce menos cuarto de la mañana, ella y su maldita manía de ser puntual.

No entiende nada, no entiende que pasa... se le pasa por la cabeza llamarlo, pero su trato es no llamarse nunca, aunque sea una cuestión de vida o muerte, su trato es: todos los martes a las doce de la mañana en la habitación ochocientos cuarenta y tres... así ha sido durante los últimos cinco años...



Decide esperarlo, sentada en la cama...las doce, las doce y cuarto... las doce y media...

Eres mi sonrisa mas estúpida

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