Es fácil pedir perdón, pero ¿sabes? no es tan fácil perdonar.
Nos hacemos daño con nuestros actos, por mucho que finjamos que no nos importamos, nos comportamos como críos al seguirnos el juego, y ¿sabes? ya me cansé, ya se acabó.
Te aprecio, como amigo, ese amigo que siempre fuiste, y no te deseo nada malo, y lo digo con el corazón en la mano, ojalá consigas todas las metas que persigues, y perseguirás en un futuro.
Ojalá se haga realidad todos esos sueños que algún día me contaste, que yo ya no formo parte de ellos, pero alguien habrá en mi lugar, alguien capaz de entenderte, y darte lo que me pedías a gritos y yo nunca pude ni podría darte.
Tu tu vida, yo la mía, y así pasa el tiempo, como una tormenta mientras llueve.
Nos une un cielo, ese cielo que fue testigo de cada café, cada mañana de un tiempo confuso, el antídoto a todo esto se llama tiempo, y para mi ya pasó el suficiente para mirar hacia otro lado sin pensarte, ha pasado el suficiente como para conseguir que no me duelan esas piedras que me lanzas, aunque tires a dar, no me haces daño, solo demuestras en cada acto que no eres mas que un niño caprichoso y consentido, ese niño que siempre vi y que quizá quise ayudar a crecer..
Sigues siendo tan predecible como siempre.. y ojalá el rencor te dejara ver mas allá...
No hay comentarios:
Publicar un comentario